Señora, con todo respeto, quiero hacerla mía. No importa que no me conozca ni yo a usted, bastará el tiempo para que sea mi mujer. Tampoco importa que esté comprometida o casada, puede estar con quien desee, al final, solo será mía. ¿Que soy más chico que usted? Qué importa. ¿Que puede ser mi madre? Qué importa. ¿Que nos van a criticar? Qué más da. Usted necesita un hombre de verdad y aquí estoy yo, para hacerla sentir mujer. Señora, no sea tímida, no sea necia, yo soy ese hombre que tanto anhela usted. Una oportunidad, solo una. Tome mi mano, sienta mi cuerpo, plasme sus labios, sienta mis besos. Vámonos juntos a construir nuestro Edén, juguemos a las tentaciones y despertemos los instintos. Olvidemos las edades y rompamos los prejuicios, rasguemos la carne y vibremos el amor. Aquí está mi otra mano, aquí el resto de mi cuerpo, aq...