Astrobelius - Un poema sobre el cosmos, el amor y la eternidad



CANTO I

He soportado inclemencias,
he recorrido largos caminos,
he librado crueles batallas
y sigo sin encontrarte, Adara.
He nacido,
he madurado,
he muerto,
he vuelto a nacer,
he sido otro,
he sido muchos
y solo te acaricio con el pensamiento.
Soy el que llora mientras los lobos aúllan.
Soy el que ríe mientras las aves cantan.
Soy el que sueña mientras las hidras duermen.
Soy el que aguarda cuando se oyen las cabalgatas.
Soy el que espía cuando se alejan las tropas.
Soy el que reza cuando se asoman los dioses.
Y transcurren los años, los siglos,
se deslizan las eras, la vida
y yo te sigo buscando.
¿Dónde estás? ¡Dónde!


CANTO II

De cada letra de tu nombre brota un beso,
de cada beso brota un mundo
y de cada mundo brotas flotando,
Adara en el tiempo,
Adara en las estrellas,
Adara en el principio:
tu cuerpo,
tu pensamiento,
tu cósmico,
se expanden como una miríada de centellas.
Apenas te recuerdo y me estremezco.
Apenas rozo tu piel y tiemblo.
Apenas te beso y me elevo.
Manos       Caricias       Besos
Tu cabellera es una órbita desordenada.
Cielo       Sueños       Chispas
Mis deseos son una constelación muriendo.

 
CANTO III

He luchado
con la duda,
con el miedo,
con la furia.
He comulgado
con la paciencia,
con la esperanza,
con la estrategia.
Y también he soñado contigo:
Adara cósmica,
Adara infinita,
Adara musical:
cuánto tiempo,
cuántos pasos,
cuántas vidas:
soy un destello en los milenios,
las horas tejen cada instante,
el instante vive en la memoria,
cuántos años,
cuántos seres,
cuántas vidas,
soy un minuto en el destino,
la vida se petrifica en una pintura suspendida,
cuántos mundos,
cuántas razas,
cuántas vidas,
soy un beso en las centurias.
La chispa estalla:
vértigos:
latidos:
después el mundo:
nosotros:
un sol más vivo.

CANTO IV

La vida se intensifica en millones de instantes,
el tiempo de hoy es el tiempo de ayer,
rayo de sol que fue grano de arena que fue
   manecilla en un círculo.
Tribu de ecos:
    el hombre descubre el fuego,
    los clanes inventan el habla,
    las civilizaciones se yerguen.
Ejército de estridencias:
    nace la era del hierro,
    se utiliza el caballo para la guerra,
    la arquitectura se vuelve titánica.
Esplendor de sociedades:
    se inicia la revolución industrial,
    se utiliza la bomba atómica,
    se inventa internet.
Un mismo remolino donde se confunden los
   hechos,
vértigo de la memoria,
                                 por los siglos de los siglos:
                                                                          ayer.


Te gustaría tener Astrobelius en PDF?
Descárgalo GRATIS AQUÍ
 

CANTO V

Adara,
te busco en el gran silencio y te encuentro muda,
mutra,
transmuta la llama,
ama,
amanece en tus ojos y la bruma se desvanece,
se mece,
resplandece un siseo,
silabeo,
si te vi aquella noche y no te encuentro,
me concentro,
recuento tus luces y tus sombras,
te asomas
y el cielo se abre, se desgaja,
caen las lunas,
caen los deseos,
cae la noche universal como mi mano por tu
   espalda,
el cielo se abre en otro cielo
y cae por tu mundo eterno como mi boca por tu
   vientre,
ardiente,
caen los soles,
caen las caricias,
caen los dioses como caigo por tu cuerpo abierto,
acierto,
despierto como nebulosa,
luminosa,
caen las horas,
caen los sueños,
y por más que te busco solo te acaricio con el
   pensamiento.
¿Dónde estás? ¡Dónde!

 
CANTO VI

He vivido tantas vidas que en cada una de mis
   manos yacen los primeros hombres,
en cada uno de mis ojos brilla el fuego del origen,
en cada uno de mis pies palpitan los milenios.
He vivido tantas vidas que de mi boca se escucha
   a mis ancestros,
de mi pecho brotan las voces de la historia,
de mi espalda se sostiene el orden primigenio.
¿Quién soy?
¿De dónde vengo?
¿Adónde voy?
La vida avanza al ritmo de un latido.
Es el mismo cielo pero los astros no brillan igual.
Es el mismo sendero pero las huellas son
   diferentes.
Es el mismo viento pero repite otras palabras.
Hombres       Pasos       Ecos
Es el mismo impulso pero la sangre cambia de
   ríos.
Es la misma furia pero los soldados miran otro
   horizonte.
Es la misma muerte pero los funerales cambian
   de alaridos.
Razas       Mundos       Luces
Es el mismo sol pero acaricia con otro ardor.
Es el mismo cosmos pero vibra con otra
   intensidad.
Es la misma vida pero se desliza con otra
   palpitación.
Astros       Ojos       Siglos
La nada estalla en una chispa,
el origen arde a cada instante,
la historia se desboca por el tiempo.
Vivo       Vuelo       Me suspendo
Soy un suspiro en las centurias.
Pienso       Hablo    Vocifero
Soy una chispa del origen.
Me repito.
Me reinvento.
Me transformo.
Soy un eco en la memoria.
El recuerdo viaja cuando el tiempo sopla.
Las galaxias se desplazan, se fusionan y estallan:
de cada galaxia brotan mundos y más mundos,
de cada mundo brota un cielo
y a través de cada cielo se derrama el universo
   latiendo.
Se nace fuego adentro,
se sueña cosmos arriba,
se vive a vuelo extendido,
se muere a latido abierto.
¿De dónde venimos?
¿Adónde vamos?
¿Quiénes seremos?
Yo soy.
Tú eres.
Todos somos.
Las distancias se vuelven sueños,
los recuerdos se despliegan en años luz,
los eones se miran como un relámpago
y de un ciclo a otro
todos somos
la misma chispa,
el mismo tiempo,
el mismo latido.
Todos somos el infinito soplo universal.

 
CANTO VII

Adara,
cuántas órbitas encuentro por tu piel,
cuántos milenios prometen tus besos,
cuántos astros te giran latiendo,
cuántos ecos se desbocan cada noche
al estallar el universo de lo nuestro.
Y caemos,
caemos de galaxia en galaxia,
de astro en astro,
de cielo en cielo
y de súbito entramos al mismo mundo:
                                              cometa abajo.
Y avanzamos,
avanzamos de vida en vida,
de año en año,
de hora en hora
y de súbito llegamos al mismo punto:
                                     destino adentro.
Me enamoré de ti con la inercia de un meteoro,
y sin embargo, de tu noche a mi noche hay un
   milenio de estrellas.
¿Dónde estás? ¡Dónde!

 
CANTO VIII

El cosmos se mueve al ritmo de un latido,
se modifica, se extingue, se reinventa.
Padre, Madre...
La vida brota en una eterna espiral.
Padre, Madre, en sus brazos lloraré...
Los recuerdos viajan a través de los eones,
serie infinita, palabras entretejidas.
Los viajeros del espacio conquistan cada punto,
   cada átomo,
horrísono grito repetitivo, guerra universal.
Padres       Hijos       Nada
...en sus brazos lloraré
cuando se consuma el exterminio,
cuando se apague nuestra era,
cuando todo se vuelva nada
y las voces de los siglos floten en el caos espacial.

 
CANTO IX

He nacido,
he madurado,
he muerto:
lanzas       yelmos       escudos
He vuelto a nacer,
he sido otro,
he sido muchos:
tanques       aviones       bombas
He soportado inclemencias,
he recorrido largos caminos,
he librado crueles batallas:
naves       androides       astros
y te sigo soñando, Adara.
Siembro estrellas en tus labios
y mi boca es un bosque de luz.
Trazo constelaciones en tus senos
y mis manos son el horóscopo.
Deletreo tu nombre en el silencio
y mi voz es un estruendo.
Besos que duelen.
Cuerpos que aman.
Manos que hieren.
Vuelo por el cielo como la mano del amante.
Sueño entre la noche como los labios encendidos.
Floto por los astros como la lengua delirante.
Ando entre las luces como los dedos distendidos.
Besos sedientos.
Manos ardientes.
Cuerpos violentos.
Te busco       te pienso       te nombro
aunque el aire tiembla de odio,
aunque los niños lloran sin padres,
aunque los cuerpos cubren el campo.
Soy el que llora mientras los lobos aúllan,
soy el que ríe mientras las aves cantan,
soy el que sueña mientras las hidras duermen,
y entre más transcurre el tiempo
más dolorosa es la herida de tu nombre entre mis
   labios.
Te evoco, te sueño, te nombro,
aunque las tropas siguen matando,
aunque las horas se quiebran eternas,
aunque los rezos se elevan vencidos.
Soy el que aguarda cuando se amontonan las
   cabalgatas,
soy el que espía cuando se alejan las tropas,
soy el que reza cuando se asoman los dioses,
y entre más transcurre el tiempo
más profunda es la herida de tu nombre en mi
memoria.
¿Dónde estás?
Adara en el tiempo,
Adara en las estrellas,
Adara en el principio.
¡Dónde!
Adara cósmica,
Adara infinita,
Adara musical.
Montaré un cometa hasta encontrarte y buscaré
   un mundo para los dos,
donde no existan las guerras,
donde nadie te asesine,
donde nada nos separe.
¡Y seremos eternos!
Entonces el cosmos, Adara,
el cosmos temblará cuando te encuentre.


Este poema pertenece a mi libro "La luz y el estruendo", disponible en Buscalibre.com 



Te gustaría tener Astrobelius en PDF?
Descárgalo GRATIS AQUÍ


Sígueme en las Redes Sociales

FacebookInstagram



Gracias por visitar mi blog


¡Hola! Soy Jonathan Muñoz Ovalle, escritor y poeta mexicano, autor del poemario "La luz y el estruendo" y del ensayo "En defensa del poeta". Estoy muy agradecido con tu visita, espero que haya sido de tu agrado.


La luz y el estruendo

¿Ya conoces mi poemario?


¿Qué reside donde la palabra ya fue dicha? ¿Qué ráfaga, qué hálito, qué humo habita en la resonancia donde el pueblo escucha y el poeta grita?

En La luz y el estruendo habitan cantos, reclamos, evocaciones: hay luz y quietud, oscuridad y devastación. Es un poemario que plasma el claroscuro del siglo XXI.

Los temas que el lector encontrará son la guerra, las catástrofes naturales, el fin del mundo, el paso del tiempo, la eternidad, el amor, el erotismo, el desamor, la soledad, la muerte, la metafísica y el cosmos.

Entre la poesía lírica y narrativa, entre el realismo y el surrealismo, el poemario avanza a través de 174 páginas:

Obertura
● El poema infinito

El abismo que nos nombra
● Parpadeo blanquísimo
● Así, justamente así
● La criatura insaciable
● Amores heridos
● Indicium mortis
● ¿Quién?
● Ventanas
● La niebla y la sombra

Mi sed eres tú
● Latidos
● El instante luminoso
● Me gusta hacerte el amor
● Otros latidos
● Señora
● La esquina de tu cuerpo
● Más latidos
● Eterno deseo
● Fantasía desencadenada

El antro de las mariposas
● De espalda
● De perfil
● De frente

Intermedio
● Caminata

De la furia y el caos
● El beso de la guerra
● Recuerdo aniquilado
● Alfa y Omega
● El miedo vibraba en el aire
● Qué lástima
● Lágrimas de barro
● Tú y el mundo son lo mismo
● La herida nacional
● Elegía de un siglo
● Tsunami
● 19-S Terremoto
● 2020

Astrobelius
● Canto I
● Canto II
● Canto III
● Canto IV
● Canto V
● Canto VI
● Canto VII
● Canto VIII
● Canto IX

En el nombre del trueno
● El ataque oculto
● El arpa y el relámpago
● Espejos del tiempo
● Un ángel terrible
● El siglo negro
● Mundus tenebras
● El eterno fuego del umbral

Clausura
● El eco del poeta

La luz y el estruendo es una reflexión, un reclamo, una oda; es un foro constante donde el autor intenta abrazar con la poesía, pero apenas habla, se disipa; apenas canta, se transforma.


«Creo en la fuerza de la palabra. Creo en la eternidad de un verso. Creo, definitivamente, en la poesía.»
                                               —Jonathan. Muñoz Ovalle (J. Moz)



Recibe un ejemplar con descuento
directamente en tu domicilio.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

En defensa del poeta - GRATIS

J. Moz, un poeta desenfrenado

Anagaby Arrieta, enamorada de la pluma y la fotografía