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Retrato del templo que arde

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Retrato del templo que arde Por Jonathan Muñoz Ovalle El cuerpo, esa obra maestra esculpida por la vida misma, se erige como un templo sagrado donde cada rincón cuenta una historia y cada curva invita a ser explorada. Imagina la piel como un lienzo delicado, una superficie que capta el roce de la brisa y el calor del sol. Cada poro respira, cada célula vibra en un baile sutil que conecta lo físico con lo espiritual, creando un espacio donde el placer y la sensualidad florecen en su máxima expresión. Al entrar en este templo, los sentidos despiertan con intensidad. El aroma de la piel, ese dulce perfume de humanidad, se mezcla con la fragancia de aceites esenciales que acarician el aire. Cerrar los ojos es abrir las puertas a un mundo donde el tacto se convierte en un lenguaje; las yemas de los dedos recorren suavemente la piel, explorando texturas y descubriendo secretos ocultos. La calidez de una mano puede encender fuegos internos, recordándonos que el cuerpo es más que carne y hueso

Batalla universal (Prosa Poética)

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Batalla universal Por Jonathan Muñoz Ovalle En los reinos celestiales, donde la eternidad se expande en un resplandor de paz y armonía, las huestes angelicales se preparan para enfrentar a una legión de seres oscuros que amenazan el equilibrio del universo. La pureza de los ángeles se refleja en sus alas y en sus miradas, mientras las criaturas sombrías acechan con sus ojos cargados de malicia y deseo de destrucción. El firmamento se estremece con la llegada de estas fuerzas opuestas. Sus espadas relucen con una luz sagrada. Las criaturas oscuras se retuercen en el aire, emitiendo gruñidos guturales que resuenan como el lamento de almas perdidas. La batalla es un ballet cósmico de energías donde los fulgores chocan con las sombras en un torbellino etéreo. Los ángeles desdoblan su gracia y destreza divina, tejiendo círculos luminosos que contrarrestan los embates de las criaturas oscuras. Cada choque es una explosión de energía pura y corrupción maligna, una gesta apocalíptica entre la

Astrobelius - Un poema sobre el cosmos, el amor y la eternidad

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CANTO I He soportado inclemencias, he recorrido largos caminos, he librado crueles batallas y sigo sin encontrarte, Adara. He nacido, he madurado, he muerto, he vuelto a nacer, he sido otro, he sido muchos y solo te acaricio con el pensamiento. Soy el que llora mientras los lobos aúllan. Soy el que ríe mientras las aves cantan. Soy el que sueña mientras las hidras duermen. Soy el que aguarda cuando se oyen las cabalgatas. Soy el que espía cuando se alejan las tropas. Soy el que reza cuando se asoman los dioses. Y transcurren los años, los siglos, se deslizan las eras, la vida y yo te sigo buscando. ¿Dónde estás? ¡Dónde! CANTO II De cada letra de tu nombre brota un beso, de cada beso brota un mundo y de cada mundo brotas flotando, Adara en el tiempo, Adara en las estrellas, Adara en el principio: tu cuerpo, tu pensamiento, tu cósmico, se expanden como una miríada de centellas. Apenas te recuerdo y me estremezco. Apenas rozo tu piel y tiemblo. Apenas te beso y me elevo. Manos       Caric